lunes, 2 de julio de 2012

La crítica en Arquitectura

Percy C. Acuña Vigil

La crítica arquitectónica es el arte de juzgar las cualidades (bondad, verdad, belleza...) de la arquitectura. Para ello es indispensable tener plena conciencia de que la crítica no es algo personal, sino que tiene un beneficio social. Asimismo, para que la crítica pueda ser útil, se requiere: altura intelectual, visión de la problemática actual y futura, despersonalización, unidad de dirección y humildad para recibirla y para formularla. Ambas condiciones son difíciles de satisfacer.

La anterior declaración contrasta con lo que sucede en el medio en donde la crítica arquitectónica no existe. En la actualidad se está construyendo mucho más que antes, y en medio de este boom constructor se observa que en algo hay arquitectura, sin embargo no se evalúa lo que se esta construyendo, ya que no existe un sistema institucionalizado de critica arquitectónica en la sociedad civil.

Lo evidente es que la crítica arquitectónica ha desaparecido, en algún momento se hacía referencia a lo que se construía, pero incluso esto ha desaparecido porque al mercado no le interesa la critica. La poca crítica que en algún momento se comenzó a insinuar ha desaparecido por la misma presión del mercado.

Basta recorrer un poco las ciudades del país para ver que los centros comerciales están construyéndose en cada ciudad con una velocidad impresionante, pero la evidencia muestra que estas construcciones se están realizando sin atender criterios básicos de diseño, los cuales quedan relativizados dejándose al criterio subjetivo de cada proyectista.

Por ejemplo se puede señalar que entre los muchos problemas relacionados destaca, por ser el más destructor, que los aspectos relacionados con la estética no se contemplan dando un resultado monótono, y falto de calidad, mostrando irrespeto frente al contexto y a la identidad, y que crecientemente, haciéndose olvido de la tradición y de los valores de la idiosincrasia local, se esta destruyendo lo poco que queda que pueda permitir una ciudad coherente y apropiada al contexto y a sus modos.

Paralelamente y con la venia de la autoridad, se construye con estándares mínimos que afectan el confort y la seguridad de los vecinos, sin prioridad tanto en aspectos acústicos, de contaminación visual, y mucho menos de respeto por la ciudadanía en aspectos de carácter funcionales como operativos en la construcción de la ciudad.

Además y como haciendo olvido del compromiso urbano, últimamente se actúa de modo que la mayoría de las obras no tengan relación positiva con la imagen urbana. Este sistemático abandono de la imagen de la ciudad se ve incrementado negativamente debido a que, entre otros aspectos, no se atiende los problemas de transito y de transporte que el crecimiento anárquico de la ciudad está generando, pensándose, en muchos casos que eso es sólo un problema de la municipalidad y que se resuelve solo, cuando en realidad es un problema sistémico en el que todos los actores intervienen. En general el afán por la rapidez de las soluciones, no deja lugar a la reflexión y a la exigencia de otros considerandos que no sean el del negocio y el lucro inmediato.

Este panorama encuentra su razón en el hecho de que cada concejo municipal otorga licencias de construcción a su criterio, sin que haya ningún tipo de visión crítica de carácter orientador por parte de la sociedad civil; esto se suma a que las comisiones técnicas que había en los municipios, que podían servir de orientación, poco a poco están perdiendo validez, frente a la pugna por este afán de hacer sin ningún control, acatando los dictados del paradigma neo liberal, incluso con mayor eficiencia que en la cuna del liberalismo.

Frente a este panorama, que hace que las ciudades se encuentren abandonadas en cuanto a una guia que permita, que la ciudadanía este orientada e informada, para que pueda cumplir su rol democrático e intervenga creativamente en su desarrollo, reflexiono sobre la necesidad de la crítica arquitectónica urbanística.

¿En qué consiste la crítica arquitectónica?

J. P. Bonta lo expresa claramente cuando dice que la experiencia verbal no puede sustituir a la experiencia artística, y que la experiencia artística puede ser descrita verbalmente, y el análisis verbal puede modificar y de hecho modifica, a la experiencia artística.

Sin embargo contradictoriamente, la critica se forma en las universidades donde los juicios de valor son superficiales en la manera de enseñarse, quedando lo "arquitectónicamente crítico" en un plano fangoso y degradado, estigmatizado por utilizar un leguaje híbrido donde el código es su propio meta lenguaje, verbalizado por la cotidianidad, continuamente entrelazado por la interacción de hechos pasados con juicios y valores presentes, indispensables pero que no son capaces de inducir pensamientos utilizables en un futuro: R. de Fusco señalaba al respecto "una especie de corredor que es necesario atravesar para acceder, pero que no enseña nada sobre el arte de caminar"

Sin embargo lo que observamos es que en el medio no se hace critica arquitectónica y menos se lee sobre teoría arquitectónica, a pesar de la abundante producción teórica que sobre la arquitectura se ha producido en los últimos cincuenta años, especialmente en L.A. También se observa la preferencia por una práctica esotérica, debido a ignorancia en la mayoría de casos, por no tener capacidad de comprensión de la crítica arquitectónica o porque estas no han llegado a ser explicadas ni difundidas adecuadamente.

Otra constatación al respecto es la profusa subjetividad con que se habla de arquitectura y el abismal  desconocimiento de los aspectos metodológicos de lo que consiste el trabajo de investigación riguroso. Es trágico el desconocimiento de las técnicas de análisis arquitectónico más elementales incluso en los centros de formación académica, en donde se relativiza los aspectos analíticos propios de una visión reflexiva que corresponde a los estudios de posgrado.

Al respecto no puede olvidarse, como pretenden algunos, que una crítica de arquitectura empieza por presentar un marco teórico conceptual , el cuál debe ser examinado frente a la realidad empírica en sus componentes provenientes de la sociología y de la filosofía política y de sus determinantes culturales debido a que el objeto arquitectónico no esta aislado sino que responde y sólo tiene sentido cuando es examinado estructuralmente en su totalidad. Posteriormente los aspectos formales, funcionales y semióticos adquieren su justo lugar.

Frente a este planteamiento el rescate de la teoría de la arquitectura, de las metodologías analíticas y del examen de lenguaje de la arquitectura es fundamental y prioritario. El  homo faber arquitectónico requiere un homo sapiens para que pueda tener sentido su obra y para que su discurso pueda decir algo.

Esta  visión requiere tomar en consideración que la arquitectura tiene un objeto que es de carácter social y va mas allá del servicio a una elite privilegiada. Esta consideración hace que la crítica de la arquitectura se ubique necesariamente en un contexto de avanzada y no en uno reaccionario típico de visiones esotéricas aisladas de su contexto y de su realidad

La crítica así amplía el horizonte de la teoría arquitectónica y le permite una ética que valore su pertinencia y su propiedad de modo que se constituya en la base para la praxis arquitectónica.

En este sentido sostenemos que toda arquitectura sin teoría es magia. No esta calificada, es puro engaño. Especialmente en el medio universitario es fundamental reiterar la necesidad de la teoría para evitar el gran engaño de fomentar una práctica sin base, sin discusión teórica, sin conceptos, es decir la arquitectura del ignorante, la cual termina por contribuir a la desacreditación de la profesión, y lo que es mas dramático termina por engañar y estafar a la sociedad.

Al respecto la discusión de la relación entre teoría contra la práctica muchas veces ha terminado en aporías inutiles. Ambas estan presentes en permanente simbiosis como lo demuestran los resultados del aporte constructivista de la ciencia de los años 70 y 80 que ha mostrado numerosas propuestas que posibilitan construir concepciones científicas correctas.

Las posiciones ambivalentes que se puede observar en las instituciones democráticas de la sociedad civil * y en algunos organismos del Estado muestran tendencias que desconocen p.e. lo que Sto. Tomas desde la escolastica planteo: "Intellectus speculations extensione fit practicus", cuando la teoría se concretiza se hace práctica, se vuelve real, sale de su mundo ideal. Cuando estas posiciones no se dilucidan se deja paso al pragmatismo desprovisto de toda referencia teórica y moral.

Requerimiento de una consciencia critica

En el campo de la arquitectura la conciencia crítica se aplica al carácter de una persona cuyo hábito de conducta precede a una crítica de los datos del problema antes de formular su opinión o de actuar conforme a un fin. Se señala en oposición a la idea de conciencia no crítica o vulgar, en la que se da por sentado la "objetividad" del conocimiento sin más y en la que los prejuicios sociales, actúan como evidencias cognoscitivas prácticas y fuente de conocimiento y de la acción sin ponerlas en cuestión respecto a un contenido objetivo.

Esta expresión adquiere especial relevancia a partir de las filosofías que situan  el conocimiento a partir del sujeto que conoce como conciencia, y no a partir del objeto como hasta entonces lo consideraba la filosofía tradicional. Esto modifica el hecho de conocer e inauguró un período en la filosofía, como Filosofía crítica, en el que la Teoría del conocimiento ocupa un papel central. (ver mi escrito sobre Max Horkheimer.)

El tema de la crítica arquitectónica pasa por reconocer que es una disciplina rigurosa, que no se práctica, y que menos es tratada con la rigurosidad debida en nuestros centros de enseñanza. En parte esto se debe a que la comercialización de la arquitectura ha cubierto incluso los campos de la docencia, y el facilismo para la simple Doxa ha dejado de lado la Episteme, razón por la que la crítica arquitectónica no se realiza y no sirve de guía en un medio en donde la apropiación del mercado, la enajenación y alienación sobresalen con muy pocas excepciones.

Frente a este panorama tener una visión completa de la arquitectura como un entramado complejo de actividades y de participación interdisciplinaria permite superar el enfoque crítico formal bastante limitado, pero difundido en este contexto.

Ejemplos como el del Centre Pompidou de Richard Rogers y Renzo Piano en la década de los 70´s. que contemplaba una simbología paradigmática en su forma, a través de los elementos estructurales de acero, integrándola a las instalaciones y al lenguaje formal del edificio o el Hong Kong and Shanghai Bank de Norman Foster que en los 80´s sintetizó las formas y tecnologías aplicadas en un volumen producto de estudios estructurales y análisis tecnológico, mostraron la necesidad de una globalización de la crítica teórica, en el sentido de unión de lenguajes, no sólo el formal, sino también el estructural, el contextual y el semiótico.

La evidencia muestra que es necesario que la crítica teórica se base en estudios, no solo desde el aspecto formal, sino contemplando todo el proceso de generación de la obra, de modo que sustentada en el análisis estructural, tecnológico, espacial, funcional y semiótico, además de su referencia contextual histórica, posibiliten su utilidad.

Una crítica teórica integral puede generar criterios de mayor amplitud en la percepción de la arquitectura y puede posibilitar reflexionar con mayor base sobre la arquitectura . En este sentido es necesario integrar conceptos para tener una mejor percepción, incorporando otras disciplinas complementarias, tales como las sociológicas que estudian las mutaciones sociales en su interacción con los otros a través de la ciudad, la arquitectura y su entramado híbrido con las redes de comunicación global para llegar así al contexto de las sociedades red.

Incorporando también la visión de la economía estudiando el impacto de la arquitectura en el mundo globalizado, de las comunicaciones haciendo una crítica de mensajes y medios en vista hacia y desde la arquitectura, o de la filosofía incorporando los avatares de la mente a partir de la arquitectura como Jaques Derrida o Gilles Deleuze, o de un Peter Sloterdijk demandando la dependencia del hombre al espacio externo envolvente.

El primer resultado de esta integración es la ruptura endogámica que tanto daño ha causado a la arquitectura. Es preciso en nuestro concepto, unir las relatividades y distintas visiones de la obra arquitectónica para tener una visión finitamente infinita del objeto en cuestión y asegurar que responda a las interrogantes insolutas desde hace ya tiempo.

De no alimentarse la critica [1] arquitectónica desde distintas disciplinas y de no hacer de igual forma el análisis crítico de las recientes tecnologías como la clonación, nanotecnología, hibridación, geometrías múltiples, materiales inteligentes, auto ensambles, autogeneración, tecnologías del manejo de información, ingeniería genética, estará condenada a ser irrelevante.

Consideramos que es necesaria la confluencia de estos distintos caminos para llevar a buen término la crítica arquitectónica. Recordemos que la arquitectura no es solo una forma que responde a una geometría euclidiana, sino el resultado de distintos planteamientos que posibiliten construir lugares en donde las partes están relacionadas racionalmente con el todo.

Manfredo Tafuri [2] y Massimo Scolari [3] abogan por una arquitectura racional al igual que Robert Delavoy [4] y Anthony Vidler [5], quienes con Eco [6] sostienen que el papel del sistema no es transmitir un mensaje positivo (puesto que no es el teatro de los significados) sino hacer entender que el mundo es el objeto que ha de ser descifrado (el teatro de los significantes) [7].

En este contexto son relevantes los aportes de varios críticos como Marina Waisman, Panayotis Tournikotis, Jurgen Habermas, Nikos Salingaros y del mismo Fill Hearn que han examinado los avatares del posmodernismo y las peripecias deconstructivistas.

PAV. 21.12.08/ 28.0612

Notas

* El término sociedad civil, como concepto de la ciencia Social, designa a la diversidad de personas con categoría de ciudadanos que actúan generalmente de manera colectiva para tomar decisiones en el ámbito público que conciernen a todo ciudadano fuera de las estructuras gubernamentales.

[1] La definición y separación de sus partes a fin de llegar a conocer sus elementos y principios de funcionamiento o desarrollo

[2] Manfredo Tafuri. Progetto e utopia: Architettura e sviluppo capitalistico. Bari, Laterza, 1973.

[3] Massimo Scolari. Avanguardia e nuova architettura, in Architettura Razionale, Milano 1973 (traduzione spagnola, Madrid 1979; traduzione francese, Parigi 1980; traduzione inglese Cambridge-Massachusetts 1998).

[4] Delevoy, Robert L; Krier, Leon; Vidler, Anthony. Rational architecture: the reconstruction of the European city, Brussels, Archives d'Architecture Moderne, 213 p.

[5] Anthony Vidler. The Architectural Uncanny: Essays in the Modern Uncomely, MIT Press, 1992 .

[6] Eco, Umberto. Apéndice a L’oeuvre ouverte. Paris, editions du Sequel, 1965.

[7] Tournikiotis, Panayotis. La historiografía de la arquitectura moderna: Pevsner, Kaufmann, Giedion, Zevi, Benevolo, Hitchcock, Banham, Collins, Tafuri. Reverté, 2001, p. 285

[8] Salingaros, Nikos, A. Anti-architecture And Deconstruction, Publisher: Umbau-Verlag, Solingen,
     Germany, 2004, 2008.
     Waisman, Marina; “Alienación e integración en el traspaso de ideologías”; en Revista Summa
      n°212, Mayo, 1985
     Jürgen Habermas - Modernidad, un proyecto incompleto- 1989 (Recopilación de Nicolás Casulla )

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