martes, 8 de octubre de 2013

La arquitectura y su epistemología



La arquitectura y su epistemología

Percy Acuña Vigil


Las Cariátides: Acuarela, Percy Acuña Vigil

 El arquitecto, el arquitecto en griego: jefe de los obreros, jefe,y obrero, el que dirige las obras de construcción. Etimológicamente, la palabra arquitectura procede del griego. Es la conjunción de arje, el principal, el que manda, el principio, el primero, y tekton, que significa construir, edificar.

Es el primero de entre aquellos que realizan la tarea de construir. Por un lado es el que define las bases, los principios. Por otro lado, es el que dirige, el que manda en la actividad constructiva. La arquitectura, como actividad, como oficio, es el conocimiento y la práctica que permiten llevar a término estas funciones: determinar aquello que es básico para construir un edificio y también tener la responsabilidad de llevar a término algo determinado.

La casa, como el lugar del habitar, se encuentra en el origen de la arquitectura; y el arquitecto es aquel capaz de hacer esas casas. Para Vitruvio, el arquitecto debe conocer la Filosofía, las Matemáticas, la Poesía, la Música y muchas otras disciplinas para ser capaz de de dar respuesta a todo aquello que estas disciplinas enseñan del significado de la cultura humana. La actividad del arquitecto acaba resolviéndose en la práctica de la edificación.

Sin embargo esto solo es posible si esta actividad práctica no se fundamenta en conocimientos teóricos prestados por otras fuentes de conocimiento.


Veamos en que consiste la arquitectura en base a definiciones formuladas a lo largo de la historia.

Kant ubica a la arquitectura como perteneciente a las artes figurativas y dentro de estas, en la “primera especie de bellas artes figurativas”. Sin embargo según Kant la arquitectura, en principio, no pertenece a aquello que se entiende por mundo del arte, precisa y paradójicamente a causa de la definición kantiana de belleza.

La inmanencia critica de la arquitectura moderna, no es, ni siquiera, similar a las de las obras de arte; tiene demasiados intereses prácticos y destinos externos a ella misma que la justifican. (Aunque no puedan, en principio, tener interés crítico)

 En la Crítica del Juicio Kant se anticipa ya a la autonomía y el desinterés de lo estético, idea que continuará vigente en el curso de la  estética moderna y contemporánea. El juicio de gusto fundado en la "pura satisfacción desinteresada" [1], diferencia el placer "puro" que sentimos ante la contemplación de lo bello, del placer "interesado" propio de lo útil o de lo moral.

En palabras de Kant, "el juicio de gusto no es un juicio de conocimiento (ni teórico ni práctico), y, en consecuencia, no se funda en conceptos ni se hace con vistas a ellos."[2]. Al fundar este principio, Kant  se convierte en el primero en defender la autonomía de lo estético respecto de los fines prácticos y del concepto teórico.
De aquí que la teoría kantiana del arte como valoración autónoma de un modo de conocimiento estético, defina la belleza como "la forma de la finalidad de un objeto, cuando es percibida en él sin representación de un fin."[3].

La finalidad de la belleza es "finalidad subjetiva" o "finalidad sin fin", esto es, que es libre de conceptos y significados, que no se adecua a un fin (utilidad-funcionalidad), ni siquiera, a la perfección del objeto estético[4]. Lo cual no significa que el arte no pueda despertar interés, ni que el arte sea indiferente a la vida o viceversa. Significa, no tener ningún interés práctico en lo "representado", en el objeto portador de una función estética[5].

En la Estética kantiana el concepto de juego aparece, a su vez, unido a este principio de autonomía en cuanto "juego libre de las facultades de conocimiento, imaginación y entendimiento[6]." El juego libre de estas facultades (el hecho de que entren libremente en juego) adquiere ese carácter de autonomía porque "ningún concepto las limita a una regla de conocimiento determinada".

El juego -que constituye el núcleo de toda creación y de todo lo imaginario- como el arte, no representa ningún concepto y el placer que provoca no es resultado de ningún sentimiento, de ninguna finalidad. Es "Finalidad sin fin".

En palabras del etnólogo Jean Duvignaud[7], es "sentimiento de una realización posible o prometida, pero que nunca va más allá de la metáfora, del "como si". (p.62). Juego y arte manifiestan una autonomía que les permite ser, y no sólo en sentido figurado, un mundo dentro del mundo.

En sentido opuesto la Arquitectura es un arte vital para Hegel, que estudio con riguroso criterio filosófico las artes particulares, de las cuales la primera es la arquitectura[1], quien señala:
               “Primeramente, tenemos ante nosotros la arquitectura como el comienzo fundado por la cosa misma. Ella es el comienzo del arte porque este en su iniciación no ha encontrado por lo general para la representación de su contenido espiritual ni el material apropiado ni la forma correspondiente, y debe satisfacerse así con la simple búsqueda de la verdadera adecuación y la exterioridad del contenido y el modo de representación. El material de este primer arte es en si mismo lo no espiritual, la materia pesada, y solo modificable según las leyes de la gravedad; su forma son las creaciones de la naturaleza externa unidas regular y simétricamente a un mero reflejo externo del espíritu y a la totalidad de una obra de arte.”
 
              “La arquitectura,…es el arte de lo externo, de modo que aquí las diferencias esenciales consisten en que lo externo, posea en sí mismo por consiguiente su significado o sea tratado como medio para un fin distinto de él, o se muestre, a la vez, como autónomo en esta sujeción.

”William Morris en 1881, escribe en “The prospects of Architecture in Civilization.”“…La arquitectura abarca toda consideración del ambiente físico que rodea la vida humana…”, dándole una connotación amplia a la arquitectura, incluyendo al paisaje, cuando es modificado por el hombre, hasta las ciudades y sus edificios, incluyendo a todo lo que hay en las ciudades, mobiliario, maquinas herramientas, escritura, información, todo lo cual constituye su ámbito.

Por otro lado Adolf Loos en 1913 presenta una idea del todo opuesta. Sostiene que el mundo de las cosas cotidianas no necesita para nada a un arquitecto. Sostiene que la arquitectura, extendida es un peligro para la civilización, y que es un retroceso cultural. Para Loos la arquitectura solo se produce  cuando es capaz de despertar estados anímicos, experiencias precisas del espíritu.

En el análisis de la casa primordial de Le Corbusier se descubre inmediatamente que las intenciones del arquitecto van mucho mas allá de lo que se acostumbra por entender por respuesta funcional. Sus  casas ordenan estas funciones, las jerarquizan, proponen un ritual para aquello que la arquitectura ha imaginado como propuesta de vida.

Dado que la casa es una propuesta cultural, no puede ser igual,  en situaciones culturales diferentes y con concepciones diversas de las relaciones personales, familiares o con el trabajo que determinan el ritual del habitar. Estas obras demuestran conexión con los valores individuales y sociales, a los cuales hace referencia vital.

Además esto es solo posible gracias a la habilidad de la técnica. A diferencia de todas las formas diversas de conocer[2] el mundo, la técnica es una forma de actuar[3], que marca el dominio de la naturaleza.

Esto implica incorporación de la técnica de manera respetuosa, con plena conciencia ética, respecto a la naturaleza y al hombre, respetando los valores funcionales y estéticos que necesariamente se debe observar.

Se incorpora también una nueva sensibilidad frente a la sostenibilidad, al respeto con el medio y con el entorno, y a incorporar el reciclaje respetando las leyes geométricas, estructurales y ecológicas del paisaje[4].

El componente estético ha incorporado una programada operación de desmantelamiento de sus valores e incorpora los componentes del azar, el automatismo y el desorden.

El componente espacial a pasado a aceptar el anonimato de los no lugares, la frialdad de la realidad virtual, la promesa de un ciberespacio[5] poblado por sistemas de objetos que tiende a configurar cada vez mas un ambiente mediático en donde el protagonismo es el del diseño industrial[6].

El componente funcional ha dejado de ser preciso, se incorpora espacios escénicos de carácter teatral de forma neutra y de tecnología sofisticada. La predominancia del edificio contenedor susceptible de adaptarse al rápido paso del tiempo ha acabado por configurar formas neutras y redes de energía que permitan medios de comunicación y de control ambiental en cualquiera de sus puntos, soslayando la necesidad de programas funcionales rígidos.

Estos nuevos componentes han definido una nueva forma de ver la arquitectura y hacen necesario revisar la estrategia de diseño en todas y cada una de las áreas de intervención del arquitecto. 

Si bien la arquitectura está en parte condicionada al temperamento, como toda otra actividad humana, el estímulo que pone en marcha la creación es exterior.

Debe responder con alta precisión a las necesidades de la comunidad, debe ambientar e interpretar las relaciones sociales, debe contribuir a resolver problemas que sólo en su ámbito pueden ser resueltos. La honda raíz social de la arquitectura exige que su enseñanza se oriente a proporcionar al profesional un serio dominio de su técnica, una certera concepción de su arte y una desarrollada capacidad creadora; pero sobre todo, ineludiblemente, el más profundo conocimiento del medio y sus problemas, y una conciencia clara de los objetivos hacia los cuales debe tender la sociedad.
Áreas de intervención
Las áreas básicas de intervención del arquitecto pueden esquematizarse en: Vivienda, Salud, Recreación, Educación, Trabajo, Comercialización e Infraestructura. Cada una de ellas requiere un nivel de especialización y una praxis constante[7]. 

 Estas seis áreas de intervención tienen un referente general que es el planeamiento y el urbanismo, la construcción y la tecnología ambiental, la historia y las ciencias sociales, las cuales junto con la teoría y crítica, proporcionan los pilares de la formación en arquitectura.

En estas áreas temáticas resulta especialmente importante el papel de la teoría y de la crítica arquitectónica, la cual comporta un juicio estético. Esto implica que en la formación de los arquitectos es imprescindible desarrollar también la capacidad analítica y sintética, la sensibilidad, la intuición y el gusto. Esto forma parte de inculcar un compromiso ético por la mejora de la sociedad, por el enriquecimiento del gusto artístico, por la defensa de la arquitectura a sus fines.

Para que pueda desarrollarse esta posibilidad es necesaria una teoría de donde deducir los juicios que sustentan las interpretaciones y las decisiones de diseño.  Esta teoría procede del mundo del pensamiento, la ciencia y el arte.

 Este esquema permite tener una visión de las áreas de intervención del arquitecto.
Se reconocen estas áreas epistemológicas como campos del saber que marca sus límites.
Área Proyectual.
El Área Proyectual debe formar al estudiante en todas las escalas: del edificio, urbana y territorial.
El estudiante debe adquirir conocimientos, capacidades y herramientas para las distintas actividades involucradas, tales como: análisis, programación, diseño y evaluación.

El Área Proyectual debe integrar y poner en valor los conocimientos aportados a la actividad proyectual desde las otras áreas, tanto en los Anteproyectos como en los Proyectos.

Esta área comprende los Anteproyectos y Proyectos de arquitectura.
Los objetivos en el primer ciclo son dotar al estudiante de los conocimientos propios del anteproyecto arquitectónico en la escala municipal y sus relaciones urbanas.

En el segundo ciclo se debe abordar la temática urbana territorial a nivel de anteproyecto.

En el tercer, cuarto y quinto año el objetivo es formar al estudiante en todos los temas involucrados en la concreción de la arquitectura, a la escala del edificio considerados desde una óptica de síntesis.

Área Tecnológica.
El objetivo del Área Tecnológica es formar en los conocimientos necesarios para lograr que la obra arquitectónica en todas sus escalas sea capaz de brindar las prestaciones de confort, estabilidad y durabilidad que se le exigen en un entorno ambiental, socioeconómico y productivo determinado.

En su enseñanza se privilegia la captación de metodologías que permitan visualizar las coordenadas que rigen las decisiones, formando conciencia crítica de las soluciones ofertadas.

Todas las asignaturas que integran el área deben contribuir al proceso de formación en el proyecto, la ejecución y el análisis del uso de las obras de arquitectura. La definición de los medios y procedimientos de materialización es parte del proceso general de enseñanza-aprendizaje en la elaboración del proyecto.

Esta área comprende las asignaturas de: Tecnología arquitectónica, Construcción, Estructuras, Topografía y Práctica Profesional de Obra.

El objetivo de las asignaturas de Tecnología arquitectónica es formar en los conocimientos que permiten crear en el estudiante la comprensión de que toda propuesta espacial se respalda en un pensamiento técnico que influye en la elaboración de decisiones sobre el proyecto.

El objetivo de las asignaturas de Tecnología arquitectónica es formar, a partir de considerarlo como parte integral de la obra arquitectónica, en el conocimiento técnico necesario para diseñar y materializar los espacios en las condiciones de higiene y confort apropiadas.

El objetivo de las asignaturas de Construcción es formar, reconociendo la estructura sistémica de sus componentes, en el conocimiento técnico particular para el diseño y la materialización del edificio, y el proceso de su producción, partes integrales de la obra arquitectónica.

El objetivo de las asignaturas de Estructuras es formar en el conocimiento técnico necesario para el diseño estructural, como parte integral de la obra arquitectónica, en todo su proceso desde el anteproyecto a la ejecución.

El objetivo de la Práctica Profesional de Obra es capacitar en la formación para dicha práctica. El objetivo de la asignatura de Topografía es el de formar en el conocimiento técnico del levantamiento topográfico, como condición previa a la labor proyectual.

Área Teórica.
El objetivo del Área Teórica es desarrollar en el estudiante la capacidad de construir un pensamiento crítico en los aspectos disciplinares de la arquitectura en sus diversas escalas, desde la óptica nacional y regional.

Las herramientas conceptuales provenientes de las reflexiones teóricas, las visiones históricas y de las dimensiones social, económica y jurídica se introducirán en el proceso de enseñanza-aprendizaje de manera de fomentar la reflexión y el pensamiento crítico para permitir abordar las distintas escalas y problemas.

Todas las asignaturas que integran el área deben contribuir al proceso de formación en el proyecto, la ejecución y el análisis del uso de las obras de arquitectura. El desarrollo del pensamiento crítico es parte del proceso general de enseñanza-aprendizaje en la elaboración del proyecto.
Esta área comprende las asignaturas: Teoría y crítica de la Arquitectura, Historia de la Arquitectura Urbanismo y Ciencias Sociales.

El objetivo de las asignaturas de Teoría de la  Arquitectura será aportar en las capacidades crítico-reflexivas del estudiante en el abordaje del hecho arquitectónico, en todas sus escalas, desde el contexto actual y con una visión teórica, integral.

El objetivo de las asignaturas de Teoría de Urbanismo será dotar al estudiante de las herramientas conceptuales y las reflexiones teóricas en urbanismo, incluyendo el diseño urbano y la ordenación territorial para alcanzar los medios que desarrollen el pensamiento crítico, que permitan intervenir en la realidad de la ciudad y profundizar en el reconocimiento de la ciudad y el territorio como ámbitos de conflicto y comportamiento de los actores y agentes sociales.

El objetivo de las asignaturas de Historia de la Arquitectura será dotar al estudiante de un conocimiento de la arquitectura desde la perspectiva de las interpretaciones contemporáneas, en particular americana y nacional, mediante un análisis crítico de las ideas y los conceptos que acompañan y caracterizan su evolución.

El objetivo de las asignaturas de Ciencias Sociales será dotar al estudiante del conocimiento y las herramientas relativas a los aspectos socioculturales y económicos de la arquitectura en el contexto urbano-territorial, así como del marco jurídico de la ciudad y de la producción edilicia, de modo de desarrollar su pensamiento crítico.

Área de apoyo.
El objetivo del área de Apoyo arquitectónico es dotar al estudiante de las herramientas que le permitan desarrollar con eficiencia las asignaturas proyectuales, tecnológicas y teóricas.

El área se compone de las siguientes asignaturas: Dibujo, Artes, Filosofía y Lógica, Matemáticas.Dibujo:

El objetivo de las asignaturas de Dibujo arquitectónico es enseñar el conocimiento técnico de dibujo arquitectónico necesario para representar los planos y  los espacios de un determinado proyecto.
Artes: El objetivo de las asignaturas de Artes es complementar la formación técnica del estudiante con conocimientos de Dibujo artístico, escultura, y música de modo que contribuyan a completar su formación humanística.

Filosofía y Lógica: El objetivo de las asignaturas de filosofía y Lógica Artes es complementar la formación técnica del estudiante con conocimientos que le posibiliten una reflexión amplia sobre el hecho arquitectónico.

Matemáticas: El objetivo de las asignaturas de Matemáticas es el de dotar al estudiante del conocimiento y las herramientas del análisis matemático y del calculo como herramientas formativas en el espíritu y el rigor profesional técnico, complementario en la formación del arquitecto.
Análisis matemático: Geometría analítica, Geometría descriptiva.Calculo: Calculo diferencial, Calculo integral



[1] Hegel, G. W. F., 1985, Estética, T I, Ed. Siglo veinte, Buenos Aires. P. 32, 44
[2] Ortega y Gasset, J.1977, Meditación de la técnica, ediciones de la revista de Occidente, Madrid.
[3] Vernant, J. Pierre, 1973, “El trabajo y el pensamiento técnico”, en Mito y pensamiento en la Grecia antigua), Ariel, Barcelona, 1983-1993.   
[4] Montaner, Joseph Maria, 1997, La modernidad superada. Arquitectura y pensamiento del siglo XX, Gustavo Gili, Barcelona.
[5] Gibson, William, 1989, Neuromante, Minotauro, Barcelona.
[6] Mitchell, William J.,1995,  City of Bits. Space, place and the Infobahn, The MIT Press, Boston
[7] ITU - Gómez Gavazzo C. - Arquitectura de comunidades. (1964 y 1970) 


[1] Kant, M., 1790, Critica del Juicio, Librería General V. Suarez, trad. M.G. Morente, Madrid, 1958. P. 161, §2
[2] __, p. 170, §5
[3] Kant, op. Cit. p. 222, §17
[4] __, p. 204, §15
[5] Gadamer, La actualidad de lo bello, 60
[6] Kant, op. cit. p. 186, §9
[7] Duvignaud, Jean,  1921. Sociología del arte / Trad. de M. Bustamante — Barcelona: Ed. Península, 1969.


domingo, 1 de septiembre de 2013

Kahn, Louis I.




Kahn, Louis I. (20 Feb. 1901-17 Mar. 1974), architect, was born in Kingisepp, Saaremaa, Estonia, the son of Leopold Kahn, a paymaster in the Russian army, and Bertha Mendelsohn. The family emigrated to Philadelphia in 1906, where he attended public schools and took additional courses in art and music for gifted children. Kahn graduated in architecture from the University of Pennsylvania in 1924, where the head of the design studio and Kahn's senior-year critic was the French-born Paul Philippe Cret, who conducted architectural education at Pennsylvania according to the model of the École des Beaux-Arts in Paris.

Kahn served as chief of design for the exhibition buildings erected in Philadelphia for the Sesquicentennial Exposition of 1926. In 1928-1929 he undertook an extended European tour, returning on the eve of the depression. He married Esther Israeli in 1930; they had one daughter. After brief stints in the offices of Cret and the firm of Zantzinger, Borie, and Medary, Kahn found himself unemployed, as he was to remain for most of the 1930s. It was during this time that he became interested in the modern architecture that would soon be christened the International Style. Kahn was particularly concerned with the use of modern architecture as a tool for social change, and in collaboration with other young, unemployed architects he began to experiment with the design of public housing. He and his friends submitted several projects to the infant federal housing program, but none was funded. Kahn's developing stature as a housing expert did, however, lead to his employment in 1935-1937 by the Resettlement Administration as assistant principal architect (with Alfred Kastner) for Jersey Homesteads (now Roosevelt, N.J.). In 1939 two large Philadelphia projects of his design (in partial collaboration with Kenneth Day) were granted federal funding, but construction was blocked by local political opposition.

With the outbreak of World War II, Kahn's talents were at last fully employed. He spent most of 1941 and 1942 designing seven communities for wartime factory workers, five of which, totaling more than 2,200 units, were built. In this work Kahn was associated briefly with George Howe and, for a longer time, with Oskar Stonorov, who remained his partner until 1947. With work like Carver Court, near Coatesville, Pennsylvania (1941-1943), and the Lily Ponds Houses, Washington, D.C. (1942-1943), Kahn demonstrated his up-to-date awareness of the aesthetic and social issues of modern housing. But he felt increasingly confined by the functionalist and materialist themes of modernist ideology and he became disenchanted with centralized government control over architecture and city planning. Together with Stonorov, Kahn authored two pamphlets that called for a humane, client-oriented approach to postwar planning and architecture. Both Why City Planning Is Your Responsibility (1943) and You and Your Neighborhood: A Primer for Neighborhood Planning (1944) eschewed large-scale demolition of neighborhoods and exalted the concept of strong, local-level political activism. They attracted much attention during the last years of the war, as Americans began to contemplate the future.

Diminished government support for housing after the war meant that Kahn's larger scale ideas were deferred. He continued to serve his ideals in work for labor unions, for which he designed office buildings, summer camps, and clinics. But during the early postwar period, Kahn, like most architects of the time, found his principal employment in the booming suburbs. His house designs of the period, notably the Weiss House, East Norriton, Pennsylvania (1947-1950), and the Genel House, Wynnewood, Pennsylvania (1948-1951), combined rustic materials with the modernist jutting rooflines and clustered, "bi-nuclear" planning. They merit comparison with the contemporary work of Marcel Breuer and the most recent architecture graduates of Harvard, where the program had been overhauled by Breuer and Walter Gropius, the founder of the Bauhaus.

Kahn's reputation might have been pinned at this middling level if he had not been appointed to the architecture faculty at Yale in the fall of 1947. In his Yale classes, he began to grapple with the problem of designing monumental public buildings for postwar society. This was a preoccupation of many architects at this time and one about which Kahn, with his interest in public service, felt deeply. But Kahn's small-scale practice had not given him much chance to deal with public architecture. Yale not only afforded him the opportunity to explore the question of "monumentality," as he and others called it; in the commission for the Yale Art Gallery (1951-1953), the university also offered Kahn his first opportunity to build at a monumental scale.

In the design of the Yale Art Gallery, Kahn adopted the characteristic "open plan" of modernism, but rather than the chilly slices of universal space that were the norm for the day, he created galleries that were wrapped in powerful masonry and warmly textured by a rugged ceiling structure. The ceilings were contrived at once to resemble heroic space frames--although the building code required him to create this effect by disguising a more conventional system of tilted concrete beams--and to allude to the coffered ceilings of ancient architecture. R. Buckminster Fuller was the champion of such technological displays, and Kahn's associate Anne Tyng (with whom he had a daughter) had been experimenting along the same lines. Antiquity was newly alive in Kahn's imagination after his brief sojourn in the winter of 1950-1951 as resident architect at the American Academy in Rome, whence he had departed on a one-month tour of Greece and Egypt. The Yale Art Gallery's big-boned structure and historical allusion lifted it out of what was then mainstream modernist thinking, and provided one of the first clues about his idea of the course to be taken by postwar architecture. For a time, it seemed that Kahn's work could be subsumed within the broader movement called Brutalism, that muscular style of rough-textured concrete and exposed steel that flourished in the fifties and early sixties, but his individuality was soon made apparent.

The building that clearly separated Kahn from the other architects of the early 1950s was the diminutive Bath House (in fact, a swimming pool changing room) that he designed in 1955 for the Trenton Jewish Community Center in Ewing, New Jersey. Here he gathered four pyramid-roofed pavilions with perfect symmetry around a central courtyard. The four discrete spaces, each with its own supporting structure and distinct function (men's and women's shower rooms, a check room for clothing, and a sheltered stairway leading up to the pool), rejected the generalities of modernist open planning. Moreover, the fundamentally classical plan here abandoned relaxed, modernist asymmetries. Despite its tiny size, the Trenton Bath House seemed grave and serious.

In 1957 Kahn returned to his alma mater, the University of Pennsylvania, as a teacher, and also as the architect of the Richards Medical Research Building (1957-1965). In the Richards Building he revealed the fuller development of the thinking that lay behind the little Trenton design. Rather than universally useful spaces, Kahn created small laboratory studios, defined by his understanding that medical research was conducted by small teams, and stacked them in a group of brawnily structured towers that alluded to the picturesque hill towns of Italy. After it was too late, Kahn's clients realized that their research would have been better served by larger, easily rearrangeable laboratories, but contemporary architectural observers had no such reservations. For them, the Richards Building offered a stunning alternative to the slick steel and glass of the International style, especially as it had been commercialized in America. In 1961 the building was the subject of a one-building exhibition at the Museum of Modern Art in New York, in which it was hailed as the most significant design of the postwar period. Progressive Architecture (Apr. 1961) identified Kahn as the central figure of a new "Philadelphia School," whose other members included Robert Venturi, Romaldo Giurgola, and Robert Geddes.

Kahn's growing fame was not based solely on his still rather small architectural output. He had also established himself as a provocative teacher, who drew students from around the world to his Master's Studio at the University of Pennsylvania, and he was the most compelling theorist of his time. Kahn's philosophy had matured throughout the fifties, and in November 1960 he presented his thinking with special eloquence and clarity in a broadcast lecture for the Voice of America. Published by VOA as the booklet Structure and Form (1961) and widely republished in subsequent years, the 1960 lecture explained architecture in Platonist terms that emphasized the difficulty and seriousness of the architect's task. Kahn's argument distinguished between an immanent, generalized "form," strongly shaped by the architect's definition of the clients' needs (such as Kahn had created for the Richards Building), and the real-world "design," developed by the architect after taking into account such constraints as site, budget, and building material. This idealist argument reinvigorated modern architecture by attaching it to the similarly principled architecture of the past--notably the classical tradition that had survived into Kahn's own lifetime through the energy of the École des Beaux-Arts. While his intention was thus to broaden and strengthen modernist thinking, his open acceptance of the architecture and architectural thinking of the past also helped to inspire the more negative critique of twentieth-century architecture that came to be called Post Modernism.

The work of Kahn's office expanded dramatically in the early 1960s. Following the Richards Building came another laboratory project for the Salk Institute for Biological Studies in La Jolla, California (1959-1965), this one reconfigured as a horizontally oriented open plan and expanded to incorporate a small village of residences and a large meeting center. There was also Erdman Hall, a dormitory for Bryn Mawr College (1960-1965), and a synagogue for the Philadelphia congregation of Mikveh Israel (1961-1972, unbuilt). Kahn's international reputation brought him the two largest commissions of his career: an entire campus for the Indian Institute of Management in Ahmedabad (1962-1974) and a new capitol complex for East Pakistan at Dacca (1962-1983), christened Sher-e-Bangla Nagar after the declaration of Bangladeshi independence. All of these designs dealt with the challenge of defining architectural environments for what he considered to be the two archetypal human activities: the individual activity of study, research, or contemplation, and the congregant activity of learning, worship, and government. Each building created memorable spaces within powerful shapes, harkening unmistakably to the masonry architecture of antiquity and the middle ages.

Distinctive of all these buildings was Kahn's emphasis on planning. For Beaux-Arts and modern theorists alike, the plan was the only acceptable starting point for principled architectural design. Whereas modernism had embraced the freedom of the open plan, Kahn now reverted in his mature work to the orderliness of the Beaux-Arts style. Not that the order of his planning was always overt. Indeed, after experimenting with rigid symmetry in the Trenton Bath House, Kahn turned increasingly to patterns of clustering and oblique alignment that were powerful on paper, where the architect worked out his platonic ideas, but often almost undetectable to the casual visitor. Two unbuilt designs that were presented to their clients in 1966--St. Andrew's Priory in Valyermo, California (1961-1967), and the Dominican Motherhouse of St. Catherine de Ricci in Media, Pennsylvania (1965-1969)--pushed this seeming informality into the semblance of collage.

The work of Kahn's last years assumed the mien of a quiet classicism. In contained, symmetrical buildings like Phillips Exeter Academy Library (1965-1972), the Kimbell Art Museum in Fort Worth, Texas (1966-1972), and the Yale Center for British Art (1969-1974), Kahn's architecture achieved a magical kind of equipoise between light and structure--the simplest and yet most demanding elements of architectural expression. The most celebrated of these designs was the Kimbell Museum, whose multiple, barrel-vaulted bays were split along their crowns to admit a slice of the Texas sun--an alchemical weaving together of structure and that absence of structure through which light enters. Landscape design played an increasingly large role in Kahn's later work, as in the courtyard of the Salk Institute and the grounds of the Kimbell Museum. In this he often collaborated with Harriet Pattison, the mother of his third child.

Kahn's enduring fame rests on his success in restoring a sense of serious, almost spiritual, purpose to modern architecture as it passed the midpoint of the twentieth century--in making it once more a difficult, idealist endeavor. By creating simplicity out of the often intractable material of the real world, and by attaching the philosophy of modernism to its historical antecedents, he enlarged the challenge and increased the means for a new generation of architects.

Kahn died of a heart attack in Pennsylvania Station in New York City while returning home after a visit to Ahmedabad, India.



Bibliography

Kahn's papers are the property of the Pennsylvania Historical and Museum Commission, on deposit in the Architectural Archives of the University of Pennsylvania. The Louis I. Kahn Archive: Personal Drawings (7 vols., 1987) reproduces the autograph drawings from that collection. The most thorough biography is David B. Brownlee and David G. De Long, Louis I. Kahn: In the Realm of Architecture (1991), which includes a complete list of works and a bibliography of Kahn's writings. The latter are anthologized in Alessandra Latour, ed., Louis I. Kahn: Writings, Lectures, Interviews (1991), and in Richard S. Wurman, ed., What Will Be Has Always Been: The Words of Louis I. Kahn (1986). Kahn's travel sketches and other nonarchitectural drawings and paintings are assembled in Jan Hochstim, The Paintings and Sketches of Louis I. Kahn (1991). Vincent Scully provides a prescient and compelling view of Kahn in Louis I. Kahn (1962). Similarly vivid are the several articles published by William Jordy. For them and the vast body of periodical literature, see Jack Perry Brown, Louis I. Kahn: A Bibliography (1987).



David B. Brownlee

miércoles, 10 de julio de 2013

Sieben Punkte auf dem katastrophalen Tag in der FAUA

Geschichte, wie man mehr FAUA zerstören

Sieben Punkte auf dem katastrophalen Tag in der FAUA

Die Geschichte des Tages ist, dass ein "dean", die keinen Plan hat als die "am wenigsten schlechte Option" gewählt wurde. Das ist eine politische Entscheidung des CF, wenn Lehrer von TDA Prahlerei nur akademische ist.
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Das Wesen der Politik ist, dass es aber verdeckte FAUA ist, wie in allen Handlungen der Menschen in Lima, immer niedrig, nie zeigt ein Verhalten oder eine offene und freimütige als kryptische kolonialen Erbe.
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Aber was ist Politik, Politik ist nicht nur die persönliche Vergünstigungen. Mit dieser Situation auf den Kopf, von einer CF Komplize auferlegt, ist der Rest der Verwaltung nur Karneval der Unvernunft. In diesem hat er die FAUA transformiertDenn "weniger schlecht"? Nun, um den Status quo zu verteidigen.
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Was ist der Status quo?
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Der erste Punkt ist die Situation der architektonischen Gestaltung Workshops. Hier sind wir in einer Situation, wo vor allen Lehrern, die nicht die Grundlage ADTs Diskriminierung. Sie arrogant verhängte eine Vision von vollständig orientierten Architektur Konsumismus Produktion von Verbraucher-orientierten formalen Architektur der Eliten. Es hat die Oligarchie der TDA, wo die Arroganz der Leiter der TDA herrscht auferlegt.
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Das SQ Diskriminierung ist nicht nur akademische, sondern trägt implizit: keine mystischen Design unter den Lehrern, keine Berufung für Lehrbefähigung Arroganz ignorieren die SE Status der Studierenden, der Mangel an Wissen über die Wirklichkeit der Architektur bevorzugt, Modelle und descontextuados ohne ordnungsgemäße erkenntnistheoretischen Wissen importiert, keine systematische, Veralterung des Wissens auf dem Lehrpersonal.
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Zweitens, gekoppelt mit diesem finden wir eine Verachtung, in der Praxis für alle Fächer als die architektonische Gestaltung Workshops. Hier gehen wir davon aus, dass die architektonische Gestaltung Workshops das Nonplusultra sind. Die anderen Themen sind wertlos.
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Drittens, und das in Übereinstimmung mit dieser Arroganz kommt nur bestimmte Tage der Woche und des Monats zu unterrichten. Mangelnde Einhaltung festgelegter Zeitpläne, noch ausgeschlossen akademischen Prozesse.
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Viertens, gegen diese gefallen ist komplett FAUA akademischen Standard. Es beginnt mit der Annahme der Anmeldung bis zu 8 und 9 Themen pro Zyklus, wenn die Norm ist eine maximal 4 oder 5. Dies macht die Kurse als Sub-Standard und auch Klimaanlage Lehrer an Studierende, die als Zwangsmaßnahmen übergeben werden genehmigt.
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Fünftens, ist ein weiteres Juwel, dass es FAUA Forschung, die einzige Verzögerung von Wert, der dem FAUA links wurde entfernt.
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Sechstens, die Gruppe zu vervollständigen den Kuchen Dicke der Probanden im ersten Jahr des Studiums, produzieren Studenten ein Reservoir von völlig irrational und anti-akademisch.
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Siebtens, hat auch acdémicas Themen durchtrennt und Bereiche wurden Kette Paradigmen Einführung falsche Lehre als Abschluss der Schule auch immer zerstört, aber schnell entfernt und die mystische Lehre wenig übrig blieb.
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Mit einem akademischen Landschaft als dies nicht der FAUA kein Interesse an der Lehre und weniger darin zu untersuchen, außer um die Vorteile der Moment Zeit nehmen, um zu versuchen, einen Titel zu entreißen, die völlig diskreditiert und geschwächt ist.